Sobre nosotros


La Orquesta de Cámara de Bormujos (OCB) se forma a principios del año 2016. Actualmente es una orquesta de cámara consolidada en Andalucía. La singularidad de muchos de sus programas, como alternativa a lo habitual, hace que la formación consiga seducir a un público receptivo y heterodoxo. La OCB empieza a ser reconocida a su vez por las revistas musicales de ámbito nacional, rompiendo de esta forma el prejuicio que podría existir al ser una orquesta que no procede de una capital.

Esta orquesta la constituyen músicos profesionales, además de jóvenes titulados, todos de excelente nivel y que tienen como objetivo alcanzar la máxima exigencia en cada proyecto. La OCB cuenta además con magníficos solistas de gran formación, tanto locales como de fuera de Andalucía. Todo esto constituye un conjunto de gran calidad, apoyándose en el conocimiento profundo del estilo interpretativo.
Esta formación ofrece al público la posibilidad de escuchar obras tanto conocidas como también menos escuchadas en las salas de conciertos. En ese sentido, la OCB ha tocado piezas de autores menos programados actualmente, como A. Salieri, Martin Kraus, G. Monn, P. Wranitzky, A. Gyrowetz, A. Eberl, J. B. Vanhal, Martín y Soler, E. Mayer, etc. No obstante, la OCB no se centra exclusivamente en el periodo de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, , sino que también acomete periodos posteriores con la misma rigurosidad y entusiasmo.

Los músicos de la OCB están excepcionalmente comprometidos con el uso de la música como un medio para transformar a las personas y a la sociedad. La música clásica beneficia a las emociones de cada individuo y por tanto a la propia convivencia general. Esta idea surge de la reflexión de que la música no es un mero entretenimiento, sino que sobre todo es cultura, tolerancia, y educación, pilares básicos de la sociedad contemporánea.

"La música despierta en nosotros (...) los sentimientos más cálidos, como dulzura y amor, que se transforman en devoción. (...) Posiblemente esos sentimientos (...) hagan surgir el sentimiento de lo sublime". Darwin